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jueves, 20 de octubre de 2016

Otoño de lujo: Judías blancas con bellotas y níscalos (rovellons).

Receta con ingredientes 100% españoles, 100% de temporada, y de sabor exquisito.

Ingredientes para 4 personas:

3 puñados de judías blancas (a ser posible del Barco de Ávila).
15 bellotas dulces.
1/5 kilo de níscalos (lactarius deliciosus, rovellons, robellones o mízcalos) .
4 ó 5 castañas (optativo).
1 nuez (optativo).
1/2 pimiento rojo dulce (tipo para asar).
1 zanahoria.
Acéite de oliva virgen (picual, a ser posible) .
5 dientes de ajo (si puede ser, ajo morado de Las Pedroñeras).
1 cucharada sopera rasa de sal gorda yodada.
2,5 litros de gua.

Material necesario:

Una cacerola grande (olla express optativa).
Una cuchara sopera.
Mortero.
Un cazo de servir.
Cuchillo.
Sartén antiadherente.
Cuatro platos.
Cuatro cucharas.
Vino tinto de Madrid, de uva garnacha.
Muchas, muchas servilletas.
Una radio.

Valor nutricional:
 
Valor calórico
345 kcal 
Grasas
13,9 gr
Carbohidratos
45,8 gr
Proteínas

Fibra
19 gr

6,3 gr



Vitamina B1
0,1 mg
Vitamina B2
0,1 mg
Vitamina B3
1,8 mg
Vitamina B5
0,7 mg
Vitamina B6
0,5 mg
Vitamina B11
Vitamina C
Vitamina E
Vitamina K
0,1 mg
197,0 mg
0,5 mg
0,1 mg
Calcio
323,0 mg
Cobre
Fósforo
0,6 mg
445,0 mg
Hierro
0,8 mg
Magnesio
363,0 mg
Manganeso
1,3 mg
Fósforo
79,0 mg
Potasio
2 gr

Hora y modo para comer este plato: Medio día. Demasiado pesado para una cena y se tarda mucho en cocinarlo para un desayuno. Ideal para la comida de los domingos, una fiesta o cuando quieras homenajear a tus invitados, porque es un plato de primera. Vale como plato único, o, en pequeñas cantidades, como primer plato.

Tiempo de trabajo: Toda la mañana. Existe la posibilidad de hacerlo con olla express, pero el sabor no es el mismo. De esta forma, se tarda aproximadamente 1 hora.

Lo primero es coger las bellotas, y si puedes, las castañas. Antes de recogerlas, prueba alguna, porque hay encinas que producen bellota amarga. Hay que coger las bellotas dulces... las que se comen los cerditos, que para eso son animales inteligentes.

El día anterior:
Se pelan las bellotas y las castañas. Es importante quitar la piel que hay debajo de la cáscara, porque puede amargar. Se rompen un poco, dándoles un par de golpes en el mortero, y se echan en la cacerola, junto con las judías y las nueces y el agua.
Importante: si añades las nueces, obtendrás su particular sabor, y su aporte nutricional, pero el caldo resultante tendrá un color amarronado. De la otra forma, el naranja de los níscalos será el que predomine. Las castañas son para añadir su dulzor, pero sin ellas el plato es igualmente exquisito.

A la mañana siguiente se añaden la sal y el laurel, se tapa la cacerola y se pone a hervir todo a fuego lento. Vigila de cuando en cuando que el guiso no se quede sin agua. Al cabo de 2-3 horas, las judías ya deberían estar blandas. Si no, continúa hasta que estén al dente.

Ahora añade los níscalos.
Nota importante sobre estas setas: Si vas a recogerlos tú mism@, hazlo sólo si sabes o con alguien que sepa, por favor. Es por tu propio bien, por el de las setas, el del campo en general, y por esos dragoncillos azules que han aparecido en mi salón justo después de comerme unas setas silvestres que he recogido yo solita. Si los compras en el mercado, que no tengan mucho verdín (aunque es inevitable que tengan un poco). En casa, límpialas con un trapito húmedo, y , si están muy abiertos, recorta el borde fino con un cuchillo.
A la hora de echarlos en el guiso, pártelos con la mano en trozos no demasiado pequeños. De este modo, su sabor penetrará con más facilidad.

Mientras tanto, prepárate mentalmente para utilizar la sartén, que es ese artilugio del diablo el instrumento con el que siempre nos quemamos los torpes fundamental para potenciar el sabor de este plato.

Ahora limpia la zanahoria, cortando sus extremos y pasando el cuchillo por todo su contorno, hasta que quede limpia. Luego, córtala en rodajas. Como siempre, cuidado al manejar el cuchillo. La sangre no forma parte de la receta.
Se reparte un poco de aceite por la sartén, se trocea el pimiento en láminas cortas, se le pone una tapadera encima y se deja hacer a fuego medio durante unos 15 minutos.
Mientras tanto se majan los dientes de ajo (majar= darle porrazos con el mango del mortero hasta que te quedes agusto... Piensa en tu jefe, relaja un montón. Recuerda no partir la encimera) y se mezclan en el mismo mortero con un chorreón generoso de aceite. Pasados los 15 minutos, se añade el ajo con el aceite. Cuando esté dorado, se añade todo el contenido de la sartén ala cacerola

Se tapa y se deja todo a fuego lento durante 1 hora.

Servir calentito. Por favor, los torpes como yo, utilizad el cazo de servir y no echéis la comida directamente de la cacerola, si no queréis terminar con tod el p**** trabajo de tola mañana repartido por el suelo.
Acompañar de un vino de uva garnacha de Madrid (por ejemplo) y, como siempre, los torpes necesitamos muchas servilletas en la mesa.

¡A comer!
¡Ñam, ñam!

P.D: Estaría bien que alguien preguntara para qué c*** es la radio, y, de paso, contarme qué tal os ha ido con la receta ;)

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