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sábado, 17 de diciembre de 2016

Galletas de jengibre fresco con aceite de oliva

Vamos con un clásico de Navidad. Un clásico de las películas, claro, porque aquí, en la vida se ha visto esto del jengibre. Pero como está muy rico, bienvenido sea jejeje.
Ingredientes:

50 gramos de jengibre fresco, ya pelado.
100 gramos de panela de azúcar.
400 gramos de harina de maíz (tipo Maizena, también vale cualquier otra harina de repostería) .
100 gramos de aceite de oliva.
2 huevos.
Una cucharadita de café de levadura Royal, bakin powder, polvo de hornear o como c*** quieras llamarlo.

Material necesario:

Horno (normal, no microondas)
Bandeja para horno.
Papel de hornear (necesario sólo para torpes).
Manopla de horno.
Cualquiercosaparahorno que se te ocurra, si eres torpe, seguro que la vas a necesitar.
Bol grande.
Báscula (para pesar los ingredientes, no a tu suegra) 
Salvamanteles.
Trapo limpio.
Palo de almirez u objeto contundente.
Plato grande o similar.
Rallador.
Servilletas, muchas servilletas.

Tiempo de trabajo: 1 hora como máximo.

Cómo y cuándo zamparse esta delicia: en el desayuno, con la resaca, con el café, a las 3 de la mañana... ¡cualquier hora es buena! Yo prefiero acompañarlas de un líquido porque es una galleta seca.



1. La mitad de la panela se ralla. Lo más simple y directo es usar un rallador de mano de los de toda la vida, pero también se puede utilizar una picadora y hasta un molinillo eléctrico.
La otra mitad la ponemos en el trapo limpio, y le damos de host*** con el palo del almirez hasta dejarla reducida a pedacitos de medio centímetro diámetro aproximadamente. Si estás muy cabreado/a o llevas un día de m*****, también puedes patearlo en el suelo. Eso sí, cuida que esté todo bien limpio.

2. El jengibre se ralla igualmente. Al final te quedará un poco de masa fibrosa que es mejor tirar. Lo sé porque yo la he usado y es como una lija que se agarra a la garganta con uñas y dientes.

3. Si no lo has hecho ya, lávate bien las manos. Si tienes hijos/sobrinos/nietos pequeños, pídeles que te ayuden, porque esta parte les suele gustar... ésta y la de zamparse todas las galletas. Ahora mezcla todos los ingredientes en el bol y amásalos hasta que quede una pasta homogénea.

4. Extiende el papel de hornear sobre la bandeja para horno. Coge un pedacito de masa y moldéalo con los dedos. También se pueden usar bonitos moldes navideños, pero, seamos claros: si eres torpe, con los dedos es más sencillo. Con el molde corres el riesgo de que se te quede todo pegado y que el resultado sea una pegote informe. Además, con las manos es más divertido. En este punto debería quedar una galleta de unos 2 ó 3 centímetros de diámetro, más o menos así:

 

 57. Pon el horno a 180 grados y déjalo que se caliente (suelen tardar unos 10 minutos).

42. Ahora mete la bandeja con tus futuras galletas. Dependiendo del horno van a tardar entre 10 y 20 minutos. Tienes que retirarlas cuando se hayan hinchado y el azúcar que sueltan haya empezado a dorarse. 

61. Si ves que el azúcar está negro y huele a quemado... ¡retíralas ya!. Para ello utiliza las manoplas para horno. El olor a carne quemada no le viene bien a las galletas de jengibre... y a ti tampoco. Pon la bandeja encima de un salvamanteles, así evitarás dañar la mesa/encimera/cosa sobre la que pongas la bandeja caliente.

8. Déjalas enfriar.

9. Una vez frías, ponlas en un plato grande o en una bandeja, con un poco de gracia, a ser posible. 

Y ahora, ¡a comeeeer! (no olvides las servilletas, sobre todo si eres torpe, seguro que parte de la galleta que te comas acabará misteriosamente en ellas)





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